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miércoles, 6 de mayo de 2009

JJ Castro - Siempre hay un concepto en mí

Después de semanas y semanas de luchar contra la molicie (si, querido lector / oyente, no conoces ese término, te recomiendo leer un cuento de Julio Ramón Ribeyro titulado de ese modo), después de luchar contra la molicie, decía, logré salir a flote y, tomando el débil bote de mi autoestima, navegar con dudas hacia el norte de mis actividades. De ese modo, además de ponerme al día en mis lecturas (tengo cúmulos de libros que debo revisar para mi tesis), cogí mi grabadora y empecé a transcribir la entrevista que le hiciera a JJ Castro a inicios del año. JJ Castro, líder del (para mí) mejor grupo de rock peruano de los 90, El Aire, me brindó unos minutos de su tiempo, y me maravilló con su transparente inteligencia y su capacidad para saltar de un tema a otro sin perder el sentido general del diálogo. Lamento mucho no haber posteado esta entrevista con anterioridad, y, por ello, le reitero mi pedido de disculpas a JJ Castro. No obstante, ahora que ya he cumplido con mi labor de periodistas-crítico de rock aficionado, creo que puedo quedar tranquilo, pues he puesto a tu disposición, estimado lector / oyente, las palabras de JJ, nuestro principal músico de vanguardia.

El disco “El Aire” abre con una canción llamada “Lluvia en el ande”. Hay una clara referencia allí a lo que es la sierra peruana. ¿Cuál es tu vinculación con la música andina?
He nacido en el Perú y he crecido en el Perú. Entonces, la música andina es una rama sonora que siempre la he tenido presente y que no he podido ignorar. Además, me gusta.

Ahora, yo me considero un músico mecánicamente limitado. De modo que, como un elemento urbano, lo que me queda es la síntesis. Y eso se manifiesta en lo que hago, que es recoger todas las experiencias auditivas, las cuales trato de recrear como un vehículo de expresión.
En el caso de la canción que mencionas, era pertinente hacer referencia a lo andino. Si examinamos los andes, nos daremos cuenta que ellos contienen nuestro sistema hídrico. Decanta la lluvia, se desliza a través de quebradas, y se torna en río o hielo. Y de aquello se propulsa la vida.

Es interesante lo que dices, porque en el disco “El Aire” gran parte de las canciones hablan de un amor que acaba e, incluso, la última canción se llama "Terminal" y hace referencia a una relación de pareja que se muere poco a poco. Entonces, mi pregunta es: ¿cómo relacionas el constante renacer al que haces mención en “Lluvia en el ande” con lo que muere en "Terminal"?
Está bien realizada tu lectura del disco. Hay una microfoto auditiva de eso en el pasaje entre "Cardiograma" y "Limbo". Es decir, falleces, vas al limbo, y luego renaces. Por eso hay como un estrépito. Las canciones están concatenadas, de modo intencional y no intencional.Ahora, en "Terminal", podemos encontrar la imagen del paciente que está muriendo, pero más que todo es vida. Estoy hablando de vida. Lo que no da para más, no da para más. No concibo el amor si no se practica, si no está el bien. Y este puede suceder aunque la pareja no esté junta. Claro que no necesariamente tiene que haber amor. Pues dicho sentimiento tiene que ir y venir. Cuando se insiste en una relación que tal vez no es positiva, pero que goza de magnetismo -relación en la que se podría caer en lo absurdo-, usualmente el empeño que se pone no producirá ningún resultado. Y la pareja fallecerá.

¿Y qué tiene que ver esto con el renacer del ciclo andino?
Creo que directamente nada. Tendría relación más bien con el ciclo de la vida.

Me refiero a la estructura del disco El Aire. Esta va de un renacer a un…

Acaba como empieza: con una invocación.

Claro, ahora lo recuerdo. Termina con una lluvia. Es decir, el disco es un círculo.

Sí. Y también puedes leer los microciclos. La vida también se compone de microciclos. Lo que empieza acaba de alguna manera. Hay procesos a veces truncados, hay otros completos, pero todos tienen un principio y un fin.

El disco “El Aire” salió el año 96. Me acuerdo que ese año, en la revista Caleta, se eligió como mejor disco para el público “Suicida de 16”, de Rafo Ráez. Y, por otra parte, “El aire” fue señalado como el más destacado para los críticos. ¿Tú crees que los trabajos del El Aire son para los oídos especializados?
Yo creo que ningún grupo es un grupo para críticos o para no críticos. Es decir, una banda es solo una banda.

A lo que me refiero es a que los discos de El Aire han tenido mayor recepción entre los críticos que en el público.
Si eso es así, se debe a varios motivos. Primero, tal vez la música de El Aire no es popular o no se ha popularizado. O, más bien, no se ha hecho mucho esfuerzo en hacerla popular. En ninguno de esos casos he pisado el acelerador. He tocado poco para lo que se suele tocar. Me he esforzado poco en el aspecto mediático para lo que se acostumbra. Mi presencia es inconspicua muchas veces. He hecho conciertos que han estado fuera del circuito, como he tenido también la oportunidad de hacer un concierto muy grande. Entonces, considero que si los críticos le revientan tantos cohetes a mi obra, es quizás porque me he hecho amigo de algunos de ellos –no me gustan los fans sino los amigos–. Y me he relacionado con dichos críticos, porque he deseado conocer de una manera bastante genuina de qué se trata la labor musical.

Ahora, hay personas que tienen legítimamente una convicción positiva sobre mi trabajo, y la defienden y sostienen. Es más, algunos son abogados como tú. Puedo decir que son gente que manejan postulados que no carecen de base, lo cual es muy interesante. Otra cosa que también he descubierto es que muchos de ellos han sido siempre muy aventajados en el colegio y en la universidad –cosa que es mi antítesis de algún modo–, y esto me parece muy atractivo. Por otra parte, se encuentran algunos músicos, quienes no tienen mucha dificultad al momento de valorar mi carrera. Entonces, si El Aire es una banda de críticos y de algunos músicos a quienes ha provocado o influido de alguna forma, es porque hace música alternativa, porque se desempeña bajo las reglas de las bandas hacia las que me siento atraído. Uso metodologías de trabajo que no son las de la industria, sino que más bien son paralelas a las de la industria. De modo que no tengo ningún problema en mostrar distintas calidades de sonido, porque el público que consume mi música entiende cuál es la situación y se informa sobre el tema. Así, al que le gusta El Aire, tiene motivos para que le guste.

Mira, uno de las expresiones más bonitas que he recibidos vino de una persona que estimo y aprecio mucho. Me dijo, refiriéndose a “El Aire” y al disco triple: “a mí estos discos no me dicen cópianos, sino más bien “somos tuyo, haz lo quieras con nosotros””. Ese comentario me quedó muy impreso en la mente.

El disco “El Aire” salió a mediados de los 90. ¿Qué escuchabas por entonces?
Por ahí Nirvana. Había cosas del grunge que me interesaban. Pero en esa época estaba centrado en reconstruir mi adolescencia musical. El CD como formato estaba en auge. De modo que intenté obtener en versión CD los álbumes a los que tenía tanta afición. Sin embargo, cuando salió el “The Downward Spiral” de Nine Inch Nail, me pareció que recién estaba ante una obra maestra después de mucho tiempo. Claro que a mí nunca me ha interesado copiar ese estilo. Pero ese fue el tipo de trabajo que sentí cercano.

¿Escuchaste algo de rock peruano?
Te confieso que, en aquel entonces, descubrí muchos grupos. Por ejemplo, la primera vez que vi tocar a Texturas, en el Árabe, con luces azules en su espalda, me produjo una sensación muy potente. Dentro de la misma vena ochentera, lo que hacía Azules Moro también me parecía interesante. Hay que recordar a la banda del chino Burga. Aunque no sé qué tan noventero sea, Sor Obscena me generó mucho interés. Porque su música me parecía que estaba mucho mejor hecha que el promedio. Tenía una factura muy elevada. Y eso obedece a quienes constituían el grupo: Nino Mele (que es un super productor), Ofelia Arellano (que no se cansa de hacer un buen trabajo), Lucho Sanguinetti (que, muy al margen de lo no musical, es un buen músico). Por otro lado, recuerdo a Los Malditos Poetas y Séptimo Cielo.

Los otros grupos está de más mencionarlos, porque son muy conocidos. Con ellos tenía un vínculo anterior, de cuando empecé a tocar guitarra en Humo Rojo. Te menciono, por ejemplo, que Carlos Gonzalez, de Radio Criminal, le puso mucha fuerza a la escena.Y bueno, en esa década, como quien no quiere la cosa, caí en Leusemia, para grabar el Moxón.

Y recuerdas discos en especial…
Claro, “El Loco y la Sucia”, que es un trabajo muy paja de Rafo.

En esa década, la salida era hacer lo tuyo. Es por eso que nunca he creído en eso a lo que llaman industria. El gran problema en el Perú es que, cuando una persona empieza a tener éxito, se suele poner importancia en dicha persona, y no tanto en su obra. Así se pierde mucho profesionalismo. Y esto mismo sucede en la gestión estatal y privada. En esa falta de norte cualitativo (que lo vemos mucho en el fútbol), se desperdicia mucho. Lo repito: es el objeto lo principal, y no el sujeto. Y este fenómeno impide la realización de un proceso en grande.

La otra cuestión es algo más natural: la creación de círculos o grupos. Esto lo encuentro más válido. Pues de repente alguien ha estado en la música un tiempo, luego se esfuerza como productor, a su trabajo le va bien, se vincula con gente de afuera, y de pronto genera una comunicación que permite realizar circuitos foráneos. ¿Puedo decir algo en contra de eso? No. Ese logro lo aplaudo. Pues es el logro de un esfuerzo personal…

Que, por cierto, no tiene absolutamente nada de malo.
Por eso también se ven ofertas repetitivas de grupos de rock en ciertos festivales masivos, los que tratan de constituirse en tradicionales. Eso no está mal. Pues a dichas bandas les conviene económicamente.

Ahora, hay un problema allí. No se trabaja la cultura de la opinión crítica. Ser sectario es una opción. Pero lo mejor es cuando uno está expuesto a todo. Y se tiene la capacidad de apreciar todo. De esa manera, se puede llegar a mejores opiniones y juicios. Si tú eres un juez, y conoces un caso parcialmente, no vas a darle un buen proceso a dicho caso. Debes conocerlo de extremo a extremo. Y profundizar en él en detalle para comprenderlo, enfocarlo y solucionarlo dentro de la ley.

El trabajo triple (tres discos) de El Aire sale a inicios del 2000.Pero lo gracioso es que he usado allí archivos electrónicos que datan de los 90.

¿Con qué disco abre?
Con “El Conflicto de las Emociones” y siguen “Un Día en la Radio” y “La Era de la Luz”. Es una secuencia constructiva.

¿Hay un concepto detrás de esa estructura?
Siempre hay un concepto en mí. Es algo que me fluye naturalmente. El triple disco va más o menos así: hay un caos, que luego deviene en una respuesta.

Es decir: tesis, antítesis, síntesis.
Algo así. Pero el origen está en el conflicto, en la crisis, en el ser o no ser, en el estar o no estar, en la vida o la muerte. El punto de partida es una crisis. La crisis motiva el cambio.

Ahora, la idea de navegar un poco entre los matices del pop es una burla al concepto del cabaret puto. Es decir, la sociedad compuesta por bandas de filibusteros, que vamos por el mar con banderas de pirata y hacemos lo que nos da la gana.

¿Cuál fue tu relación con la dictadura de los diez años y, sobre todo, con la música que era su comparsa: la tecnocumbia?
A la tecnocumbia siempre la vi de modo natural. Era una evolución que iba a darse tarde o temprano. Eso lo anticipé incluso en conversaciones que tuve con otros músicos. Porque, para mí, la forma musical peruana donde la tecnología se adaptaba mejor era la chicha (que es de donde proviene la tecnocumbia). Las guitarras ponían mano en efectos como el dileyer, el wa-wa o el corus. Los chicheros también cogieron los sintetizadores, que producían diferentes sonidos. Algunos abusaban del preset, pero había otros que hacían un trabajo de color. Además, su música tiene una base percusiva, que es muy fácil de reproducir en términos electrónicos y darles arreglos del mismo estilo.

Ahora, sobre que la tecnocumbia fue comparsa de la dictadura, no te puedo hablar de eso con precisión. Lo que sé es que “Los No Sé Quién y los No Sé Cuántos” se vendieron. Y algunos otros grupos.

Yo te puedo mencionar a tecnocumbieras que se vendieron…
Pero hay que separar el género musical de la conducta del artista.

Te menciono esto porque en tu canción “Sonriente Antihéroe”, del triple disco, eres bastante duro con los militares y los políticos que estuvieron implicados en el nefasto gobierno fujimorista.

Yo conocí a un ex coronel del ejército, una persona a la cual yo le tengo mucho cariño y aprecio. Dicho ex coronel tuvo a bien obsequiarme una carta, que creo que nunca envió, donde expresaba su frustración como militar de carrera y como un buen hombre y ciudadano. No era una persona interesada en patear puertas, violar mujeres o quemar con kerosene a sospechosos. Él, mediante el ejército, quiso construir caminos, hacer sistemas de regadíos o cosas semejantes. Él vio como los encargados de las intendencias robaban, es decir, estuvo ante lo que fue realmente el crimen de estado. Pues, además de los asesinatos, también hubo corrupción. Toda esa es la piedra angular de mi diatriba.

La información que te doy la he comprobado. Como he trabajado en proyectos de la costa y sierra del Perú, he podido hablar con los protagonistas de los conflictos, que han tenido diferentes roles, incluso dentro de los bandos terroristas. Y lo que me han contado no es muy distinto de la versión del mencionado ex coronel. Esa es la corrupción y el mal quehacer profesional que nos impide alcanzar una vida más lograda, tranquila, con un desarrollo social amplio. Y esto se da porque no hay un concepto detrás. Cuando no existe un concepto, no se sabe cómo llevar las cosas. Por ejemplo, si tú tienes que llevar un caso en la corte…

Creo que no te debí contar que he estudiado Derecho…
Si quieres cambiamos el ejemplo. Hablemos de Administración. Si no se tiene un concepto de cómo llevar un negocio administrativamente, es imposible que se haga bien. Tal vez se podrá llevar el negocio en el bolsillo, pero esto no es algo adecuado. La sociedad no se lo merece. Pues ella requiere otro tipo de profesionales y líderes. Cambiemos de ejemplo: el trabajo para el estado. Eso debe ser un pináculo en la realización de un individuo. Y detrás debe haber buenos procesos, excelentemente diseñados y con un distribución adecuada.

Te he mencionado también la tecnocumbia, porque en el disco triple hay momentos en que las guitarras son chicheras y tecnocumbieras. ¿Por qué usas ese sonido? ¿Te agrada estéticamente? ¿O es sólo parte del concepto?
Sucede que estos discos fueron perpetrados del siguiente modo. Decía: “Wicho, vamos a poner una percusión de este modo”. Y así se realizaba. De inmediato comenzaba a tirar las líneas. Era algo intuitivo. No estaba compuesto. Fue compuesto en tiempo real, frente al micrófono. No hubo ensayos ni esquemas. Sin embargo, existieron ideas generales previas, que al final se concretaron.

Ahora, la única canción que tenía una data era “Hola Capitán Bryce”, que debió haber estado en el Aire II.

A eso quería llegar. Dime, ¿quién es el capitán Bryce?
Fue el primer amigo entusiasta que tuvo el grupo. Fue el primo de Constantino.

¿Era en efecto un “capitán”?
No. Pero, dentro del mundo lúdico, se creó este personaje. Las personas dan. Y cuando creen en algo dan con una calidad de sentimientos y cariño que es especial. Cuando nosotros perpetrábamos nuestra música, el capitán Bryce estaba por allí, se emocionaba con lo que hacíamos y nos hizo pensar que lo que realizábamos valía la pena.

Al principio deslicé la idea de que El Aire es un grupo para críticos. Sin embargo, el año pasado (2008), en La Noche en Blanco, en Miraflores, realizó un concierto masivo. ¿Cómo fue la experiencia de tener usualmente un público pequeño pero pujante, y, de pronto, pasar a tocar frente a una muchedumbre?
Para nosotros fue sólo tocar. Claro que yo hubiese estado más contento si la persona a cargo del monitoreo hubiese hecho su trabajo. Hubo un detalle técnico que limitó mucho mi performance en el escenario y el del resto de la banda. Menos mal el sonido externo fue bueno, por lo menos aparentemente. Ahora, en principio nosotros no íbamos a tocar. Yo propuse otra banda: La Corporación. Pero los organizadores insistieron que fuera El Aire por un asunto de tradición y otros valores y considerandos. Por otra parte, el concierto era en un espacio abierto, en la calle. Y se tiene que entender que sí hay alguien a quien se le vincula con intervenciones sonoras es a mí, aunque haya personas a quienes esto les afecta en su ego. Además, a los organizadores no les apetecía que la música fuera lo que rota comúnmente.

Has mencionado una frase interesante: “instalaciones sonoras”. ¿Tú crees que tus discos son “instalaciones sonoras”?
Sí, pues son como música incidental para películas.

Dos preguntas más. Una menos jodida que la otra. La primera: ¿qué es para ti la música?
La música para mí es espacio y tiempo. Son imágenes. Un juego mental. Son estímulos. Son retratos. Son mensajes. Mi amigo Camilo dice: “el sonido no existe, es sólo aire en movimiento”. Él me lo explicó. Yo no sabía eso.

La música es una de las expresiones más honestas que tiene el ser humano. Y el negocio de la música es una de las expresiones más comerciales del ser humano.

Aquí viene la pregunta jodida. ¿Leusemia o Río? Ambos se iniciaron en los 80, tuvieron su auge en los 80, siguen sonando aún y desde siempre han conservado gente que los sigue. Te lo repito: ¿Leusemia o Río?
No son excluyentes. Pues tienen públicos muy distintos. Sus públicos optan por diferentes tipos de gratificación.

¿Tú por cual optas?
Por Leusemia, porque es más afín con lo que me gusta. Y bueno, ellos tienen definitivamente talento. Y es rock.

Ahora, el grupo Río no me parece rock. Es pop. Y como tal es minimalista, cosa que por lo general funciona entre cierto grupo de gente. Hay una canción de ellos que sí me gustó un poco más que las otras: Al Norte de América. Me pareció inverosímil ver a Río haciendo música contestataria. Pero me pareció simpática la opción. Además, la producción no era exagerada, sino muy básica. Eso le reconozco a Río. Siempre sus esquemas son básicos, muy básicos. Y han tenido la capacidad de conectarse con un público pop. Pues sus canciones tienen un método claro: el coro con gancho.

Si tú me pones uno o lo otro (Río o Leusemia), es algo que en realidad no puedo contestar. Porque no existe ese paradigma. Es un paradigma que tú quieres escuchar, que quieres inventar o solazarte en él.

Pero tú respuesta es más irónica que elegir uno u otro grupo. Pues estás tratando de decir que ambos no se comparan.
Son completamente diferentes.

Pero en realidad los dos hacen música. Tienen un vínculo. Pero tú dices que uno es A y el otro B. Y no se contrastan.
Pero es así.

Bueno, Río quiere creer que hace rock.
Eso tendría que conversar personalmente con ellos para enterarme que opinan de ellos mismos. Y no he tenido ese privilegio.

Te puedo decir que, a partir de mis lecturas de entrevistas a Río, ellos por lo menos alucinan que hacen rock.
Ahí, para poder cortar el keke de lo que es la verdad, tenemos que entrar a un terreno musicológico. La musicología podría decirnos si uno es rock o no. Pero, básicamente, todo grupo que subsiste es porque tiene algún tipo de público. De modo que, si descalificara al grupo, estaría también descalificando a la gente que consume dicho grupo. Ahora, ¿me interesa ponerme en un plan de juzgar a la gente por el tipo de música que escuchan? No. Me parece absurdo.

Déjame decirte que tu posición es muy tolerante y plural: es inteligente.
Gracias. En realidad, yo estoy dispuesto a escuchar Río en cualquier estación neo ochentera. Ahora, ¿por qué está en la radio? Pues huelgan razones. Claro que nada me obliga a escucharlos. Puedo cambiar el dial. Por otra parte, en el dial no vas a escuchar a Leusemia en igualdad de condiciones que Río. Y al aire, menos, aunque tenga material pop y aparentemente digestivo.

Ok. Esto sería todo. Gracias.
Luces apabullado.

Sí, más o menos.

Espero que, estimado lector / oyente, hayas disfrutado de esta entrevista y que, de ellas, recojas ideas que te ayuden a entender con mayor plenitud el trabajo del El Aire. ¡Hasta el siguiente post!

Julio Meza Díaz

Autor de la foto: Paco Sanseviero
Sacada de la página web:
http://www.geocities.com/el_aire_jjc/
Con el permiso de JJ Castro, estoy
colgando todos los discos que El Aire
ha publicado hasta este momento.

El Aire - El Aire
http://rapidshare.com/files/43408573/El_Aire.zip

El Aire - All Night Wrong! (2002) P1.rar
http://www.mediafire.com/?vmit0gwatuy

El Aire - All Night Wrong! (2002) P2.rar
http://www.mediafire.com/?wemfsq2ygyi

El Aire - El Aire II-Lorenzaccio (2002) P1.rar
http://www.mediafire.com/?fut32jxzym5

El Aire - El Aire II-Lorenzaccio (2002) P2.rar
http://www.mediafire.com/?nmja42ofbtu

El Aire - El Aire III-Como Un Día En la Radio (2002).rar
http://www.mediafire.com/?lmzgwagzmmo

El Aire - El Aire III-El Conflicto De Las Emociones..., (2002).rar
http://www.mediafire.com/?lkxzjoz0kzn

El Aire - El Aire III-En La Era De La Luz... (2002).rar
http://www.mediafire.com/?yvkmzkznkzn