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jueves, 18 de octubre de 2007

Disco: La Lengua Popular (2007)


Solista: Andrés Calamaro (Argentina)

Si los brasileros aseguran que son los más grandes del mundo, los argentinos, sin temor a pecar de egocéntricos, a veces no dudan en afirmar que son los mejores del universo.

¿Hay alguna forma de comprobar esta afirmación? Pues una salida es oyendo a sus rockeros. Con ellos, si convocáramos solo a los más conocidos de la música última, podríamos formar un equipo de fútbol lleno de megaestrellas. Piensa, querido lector / oyente, en la delantera. De titulares se tendría a la dupla imbatible, a la batería goleadora y con poderes de destrucción masivos, Charly García – Luis Alberto Spinetta. ¿Cuál sería la banca de estos genios? Me parece que Gustavo Cerati y Andrés Calamaro. Esto que he dicho es polémico. Lo sé. Pero ahora, en este recreo de la imaginación, soy el director técnico, y por eso decido sobre las convocatorias y los jugadores fijos y suplentes. ¡Nadie, ni siquiera el más encumbrado, puede rebatir mi voz! (qué fascista me salió esa frase, ¿no?). Y bueno, ¿a qué se debe esta presentación? Pues para hablarte de uno de los jugadores de reemplazo, que no por ello carece de talento, como buen argentino que es. Y, como lo sospechas, me refiero al buen Andrés Calamaro.

Andrés, hace unas semanas, ha lanzado su más reciente trabajo, que titula La Lengua Popular. ¿Sorpresas? Ninguna, pero quizás eso sea lo mejor, ya que, después de hacer mega producciones (no olvidemos el Honestidad Brutal -dos discos- y El Salmón -cinco discos-), después de pasar por el género tanguero (Tinta Roja), después de hacer covers de clásicos latinoamericanos (El Cantante), después de un penúltimo buen álbum (El Palacio De Las Flores); Calamaro, con su característica voz opaca, con su aura de bohemio consumado y consumido, empuñando su guitarra afinada muy a lo Bob Dylan, vuelve a darle en el gusto a su siempre fiel hinchada con doce canciones, todas entrañables y llenas de un sentimiento muy gauchesco, y rebosantes hasta soltar espuma de lo argentino, su pampa y su bife suculento.

Andrés, quien fue el chiquillo de los Abuelos de la Nada, y el joven maduro en Los Rodríguez, arranca su nuevo disco con un puntapié sonoro en los oídos: Los Chicos. En ese tema, se habla de la muerte. Sí, lo leen bien, ¡de la muerte! ¿Acaso, Calamaro, sientes la cercanía del final? ¿El temor ante la duda que despierta el más allá? Luego, dos piezas después, suena: Soy Tuyo. ¡Esta canción será un hit! Con una guitarra liviana, la voz dice: me gusta desarmarme arriba tuyo / me gusta demasiado ensuciarte / besar tu flor inmediata / besarte atrás y adelante. ¡Esta es una lírica sin tabúes!... De ahí, canciones más abajo, una de las persecuciones artísticas de Andrés: una pieza con aires de chicha (así le dicen acá, en el Perú) o de bailanta (según se llama en Argentina). Esta canción es La espuma de las orillas... ¿Y la tristeza? Pues también tiene un espacio. Escucha, por ejemplo, mi estimado lector / oyente, Cada una de tus cosas: Mirando el río / una rumbita te escribí / mientras te esperaba / con el pechito inquieto y alegre / y un andar de no ser de acá. Me imagino a un argentino entonando esas letras, mientras mira el Rímac, el río hablador, allá por el centro de Lima, inundado por el smog, tratando de componer unos versos, y esperando a una, como decimos nosotros, flaquita, o una, como dicen los argentinos, mina. ¡Ah, la tristeza!… Pero para vencerla está la subsiguiente canción: La mitad del amor, en la que se dice: Voy a tomar / unos apuntes / voy a tomar para olvidar. Claro que, se supone, aquí se habla del amor, pero la interpretación es un ejercicio que, en extremo, nos puede hacer leer la Biblia como si fuera el diario de un cómico cínico. Por eso, para mí esta pieza habla del olvido, del muy sano olvido… Por último, está una canción que me desconcierta: Mi cobain (superjoint). ¡Qué tiene que ver el pelucón rubio del país gringo con el pelucón moreno Calamaro! Lo bueno es que para hablar del suicida Cobain, Andreito no se despega de su estilo, pues hubiera sido horrible escuchar grunge en un álbum tan redondo y destacable.

Y esta es mi crítica, estimado lector / oyente. ¿Queda claro que los argentinos a veces son los mejores del universo? ¿Todavía hay dudas? Pues les doy un argumento irrebatible; será un argumento musical… Sigue estas instrucciones: pon La Lengua Popular en tu cd player, presiona play y… ¡ahí tienen mi argumento! ¡Son los mejores! ¡No hay duda alguna! ¡Che!

Julio Meza Díaz.

You Tube y sus gracias:





3 comentarios:

Anónimo dijo...

..oe tas loco..en dos cosas: poner a Calamaro de suplente..y decir q x asha son los mejores del universo...plop

alebacic dijo...

Jajaja, me gusta como escribes. Aunque eres el técnico en este juego voy a hacer el rol de ayudante y te voy a soplar un nombre para cuando las cosas anden mal: "Indio Solari". Medir quien es mejor es imposible, depende la vara y el parámetro... pero sin dudas de las cosas más hermosas que se hallan en el rock argentino es Patricio Rey.
Quiero tu crítica para esta banda. Un post especial!

Mirá que lo espero!

Anónimo dijo...

si tanto te gusta Calamaro anda dile ke te haga 2 hijos pz X)