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domingo, 28 de diciembre de 2008

Rock en español, 2008. Algunas listas.



Sí, lo sé, el dibujo que encabeza este post es horrible y delata mi nulo talento para la combinación de colores. Pero, ¡demonios!, sentí que algo debía poner a manera de gráfico y no se me ocurrió mejor idea que usar el paint y perpetrar semejante marranada visual. En fin.

Bueno, este año, en lo concerniente al rock en español, nos ha regalado algunos discos inolvidables y otros, no muchos, para el olvido. Me hubiera gustado reseñar cada uno de los trabajos sonoros que pasaron por mis manos (y orejas), pero, debido a la falta de tiempo, la vaguería, el poco entusiasmo y un largo etcétera, no lo he realizado. Sin embargo, prometo que el 2009 procuraré estar a la altura de las circunstancias, e intentaré darle una que otra palabra a las producciones que se lo merezcan.

En primer lugar, quiero hablar sobre el rock de mi país, el Perú. En medio de una lluvia de publicaciones discográficas, en las que a veces destaca más el entusiasmo que el talento, ha habido tres discos que me llamaron mucho la atención. Y son los siguientes:

La Reina Pastrula - Rafo Ráez
Ya lo comenté, de modo que no diré mucho al respecto. Es un gran disco. Uno de los mejores que ha hecho Rafo. Escucharlo es casi tan obligatorio para el melómano como fumar una buena hierba para el drogadicto.

No te salves - Pelo Madueño
Yo no le tenía mucha fe a Pelo. Aunque en la liga del sueño hizo canciones destacables, sus discos eran demasiado irregulares. Su primera producción en solitario me pareció mediocre. De modo que pensé que Madueño solo sería recordado por su participación en Narcosis. Pero, ¡caray!, me equivoqué. No te salves es un buen trabajo. Con unas atmósferas intimistas, Pelo ha hecho piezas maravillosas. Espero que No te salves sea el primer ladrillo en la construcción de una obra solida y atractiva.

Hoy más que ayer – Catervas
Aunque ha pasado un poco desapercibido por los medios, Hoy más que ayer es un disco que merece una gran difusión, pues goza de una calidad altísima. Me sorprende mucho que, pese a la juventud de los músicos de Catervas, estos sean capaces de trazar líricas de temática adolescente pero con melodías muy bien trabajadas y, sobre todo, de una mesura o suave relajo que invita a la contemplación.

Aunque no es precisamente rock, también deseo indicar la excelente labor de Bareto en su disco Cumbia, el que, por cierto, ha sido objeto de una crítica positiva en este blog.

Ahora bien, en lo que respecta a lo hecho en otras latitudes donde se habla el español, señalaré que hay países que tienen una gran actividad rockera, que, por ese motivo, han originado discos de considerable calidad. Entres esas naciones, tenemos a Argentina, México y España. Lamentablemente, hasta hace muy poco, no había mucho intercambio de experiencias y trabajos entre los grupos rockeros de esos lugares. No obstante, gracias a los blogs, de los cuales se puede bajar todo tipo de discos, los latinoamaericanos y españoles nos estamos escuchando (y conociendo) con mayor facilidad. Y esto es una buena noticia.
Bueno, a continuación, sin ningún orden de jerarquía, enumero los discos extranjeros que me parecen los más importantes de este año que se va:

Reptilectric – Zoé

Ronroneando - Señor Chinarro

El manifiesto desastre - Nacho Vegas

Solar Extendido – Moenia

Un mañana - Luis Alberto Spineta

La luz del ritmo - Los Fabulosos Cadillacs

Humo y espejos - La monja enana

Unplugged - Julieta Venegas

45 – Jaguares

No sé si es Buenos Aires o Madrid - Fito Páez

Macho de monte suit – Cienfue

Tu labio superior - Christina Rosenvinge

Babasónicos – Mucho

Río folder - Aterciopelados

Airbag - Alto disco

Espero que, si las cosas salen bien, pueda escribir en los meses siguientes algunas frases sobre estos trabajos, los que, unos más que otros, recomiendo como objetos de placer auditivo.

Ahora bien, en lo que respecta a publicaciones escritas (tanto en formato convencional como en modo digital) relacionadas al rock, creo que han sobresalido estas que indico:

69
Excelente revista peruana que exhibe plumas en verdad talentosas. Algunos de sus textos no sólo están bien escritos, sino que incluso son joyas literarias. Otro detalle interesante: hay un humor socarrón que la atraviesa y la sazona hasta hacerla exquisita.

Freak out
Aunque no me dejaron escribir en esta revista -cosa que me generó cierto malestar que apagué con cerveza y rock-, respeto su calidad y la recomiendo como lectura obligatoria para cualquier melómano. Debo señalar que su plato fuerte son sus reseñas de discos.

Señor Pollo
Blog que se especializa en el rock de la península y que, con excelente criterio, hace buenas recomendaciones.

Madruguemos al tibu
Blog que recoge producciones rockeras peruanas de décadas pasadas. Lo interesante de este blog es que, a veces, cuelga discos de otros géneros musicales, dando muestras de un gusto musical abierto a distintas manifestaciones.

Oirán tu voz
Blog peruano que es una suerte de ventana al extranejero de la producción rockera nacional.

Lávate las orejas
Blog de unos enmascarados a los que tengo que agradecer mil y una veces por los cientos de discos que he conseguido gracias a ellos. La revisión diaria de este blog es una necesidad imperativa para cualquier amante de la buena música.

En lo tocante al hecho más conmovedor y feliz vinculado al rock, está la caída y mejora de Charly García. Sé muy bien que para muchos (quienes por lo común solo conocen al músico por sus berrinches o por el estribillo "estoy verde") Charly García es un insoportable. Pero para mí este argentino es un genio musical, y, sobre todo, es el autor de la banda sonora de mi ya lejana adolescencia. Sus canciones formaron mi educación sentimental y eso se lo agradeceré por siempre. Ojalá, pues, que Charly continúe con salud para seguir creando canciones con esos rasgo que tanto me gustan: tiernas, melancólicas y emotivas.

Y bueno, para cerrar este recuento, sólo resta nombrar la lista más atractiva: la de los peores discos del año. Y los ganadores son:

Helville De Luxe - Bunbury
Le he dedicado un post, y, por ello, no lo calificaré más que con dos palabras: lamentable fiasco.

Miedo escenico - Beto Cuevas
Este disco es tan malo que, luego de escucharlo estoicamente una docena de veces, me dije: "Ojalá Beto sea víctima de un miedo escenico y no vuelva a cantar ni componer jamás".

***

Llegué al final. Deseo, estimado lector / oyente, que esta lista sea una suerte de invitación para que trates de conseguir los discos mencionados. Pues ese es el objetivo de este blog: generar interés o curiosidad hacia el buen rock en español. Y espero que, por lo menos mínimamente, lo haya logrado en ti.

Feliz Año.
Julio Meza

sábado, 6 de diciembre de 2008

Disco: La Reina Pastrula (2008)

Solista: Rafo Ráez (Perú)

Hay un problema terrible en el Perú en lo que respecta al rock actual. Y ese problema es la ignorancia. Si tú, querido lector / oyente, te detienes en el Jirón de la Unión, que es un vía peatonal por donde transcurren cientos o, más bien, miles de individuos por hora, y preguntas al primer desprevenido, como un encuestador de institución sociológica, cuál es el mejor rockero peruano joven, lo más probable es que el entrevistado, muy suelto de huesos y con la seguridad de quien enuncia una verdad irrefutable, diga: Gianmarco o, en el mejor de los casos, Pedro Suárez Vértiz. ¿Por qué sucede esto? ¿A qué se debe tan escasas posibilidades de respuestas? ¿Y, por último, cuál es la razón por la cual nosotros, los peruanos, tengamos un gusto tan dudoso, por decir lo menos? Pues bueno, según mi parecer, los principales culpables son los medios, que reducen las opciones musicales a un puñado de perpetradores de bazofias sonoras, y, actuando a la manera de los peores dictadores, arrojan al olvido o al destierro a los verdaderos talentos, acusándolos de underground, difíciles o, incluso, poco agradables. ¿Por qué los comunicadores toman el privilegio de elegir por las masas? ¿Por qué no actúan de forma más transparente y reparten todas las cartas del juego -es decir, todos y cada uno de los caminos trazados por los diferentes músicos- y esperan a que el público, guiado por su mera intuición o preferencia estética, elija la mano con la que se debatirá en el mundo de las preferencias musicales? No lo sé. Tal vez haya intereses económicos detrás. Tal vez (cosa que es lo más probable) haya simple y llanamente estupidez en sus cabezas. Y es entonces esta estupidez la que mantiene en una perpetua ignorancia al público el cual, esperanzado en la supuesta buena iniciativa de los medios, elige únicamente entre lo que le ofrecen estos, y cree, en una suerte de ceguera cultural, que el mundo del rock contemporáneo es tan básico y esperpéntico como lo que ofrecen los mencionados Gianmarco y Pedro Suárez Vértiz.

Ahora bien, tú, querido lector /oyente, me preguntarás entonces: ¿qué otras alternativas hay en el rock peruano actual? Pues te diré una que, desde hace un largo trecho de tiempo, no es un secreto bajo inquebrantable llave, pero aún no logra la explosión de popularidad y reconocimiento que merece su obra. Y el artista en cuestión es Rafo Ráez.

Es cierto que Rafo no goza de una obra de una calidad constante. En su perenne búsqueda de nuevos sonidos, ha caído a veces en el pozo oscuro del disco fallido. Un ejemplo de esto es su penúltimo trabajo, Chasqui Change, en el cual, por tratar de dominar las teclas, diseñó canciones que bordean el abismo de lo horrible. No obstante, si hacemos las sumas y las restas, sacamos un resultado positivo en lo que respecta a lo hecho por Ráez. Este ha sido el artífice de discos tan redondos como Suicida de 16, El loco y la Sucia, Pez de Fango (en coautoría con el espléndido poeta José Watanabe), y esa cúspide melodiosa que es el Obsequio.

Pero lo mejor de Rafo no está solo en el pasado. Pues, en la línea de los mencionados discos, hace solo unas semanas sacó al mercado La Reina Pastrula, que, sin ninguna duda, es uno de los mejores productos del año no únicamente en el Perú, sino también en todo el mundo de habla hispana.

Con un sonido inaudito, que va desde lo juguetón hasta lo desaforado y violento, y pasa por lo tierno, desvariado y reflexivo, Ráez ha compuesto una amalgama de melodías y ritmos que llegan, a ratos, y con una fluidez desconcertante, a picos de genialidad que en pocas ocasiones se encuentran en nuestro hábitat sonoro. Y lo repito: no estoy hablando de la simple y talentosa perfección. Señalo, sin ninguna hipérbole de por medio, que Rafo en La Reina Pastrula linda con lo excepcional. Y esto, estimadísimo lector / oyente, hay que celebrarlo con palmas, licor y mucho rock and roll.

Pero vayamos a los detalles.

Las piezas de La Reina Pastrula son como joyas en una caja de chocolate: escogieras la que escogieras siempre te llevarás el premio mayor. Subrayaré en primer lugar las instrumentales: King Kong Palace e Incendio. King Kong Palace es una composición jazzística que procura una atmósfera entre gansteril y solemne, entre celebradora y melancólica. Incendio, de otro lado, es de aires andinos (con mayor precisión, ayacuchanos) y se asemeja mucho a Campo Minado de Corazones, un punteo de guitarra eléctrica que presentó Rafo en el Suicida de 16. Incendio, que es de un tristeza enfermiza, hunde al oyente en la explanada inabarcable de la soledad. Es, a mi parecer, como el gatillo del arma de una depresión profunda. En la Reina Pastrula hay también reflexión sobre lo nacional. Esto lo tenemos en Blanco y Rojo, en el que, alineando diferentes capas vocales, la voz dice: Yo soy peruano / rojo, blanco, rojo /pasión, quietud, pasión. Esta es, pues, una hermosa analogía entre los colores de la bandera y las características de lo peruano. En Mi Gordita encuentro alegría y buen humor, conectado con un ritmo bailable que haría las delicias de cualquier habitué de discoteca u otro lugar de diversión. Dice la lírica: Yo la quiero mucho y la quiero comer / yo la quiero mucho y la quiero tener / cerca siempre mío para fornicar / cerca siempre mío para conversar. Divertido, ¿no? Para los románticos, Ráez toca Los Amantes de Fuego, con una potencia que, gracias a la tensión de la guitarra y la batería sincopada, dibuja de manera muy sensual las pulsiones que dominan a los enamorados y que los empujan a las concreciones de los sueños de placer más salvajes. Dice Ráez: Se quieren besar / se quieren beber / se quieren pensar / los amantes de fuego / se dan uno a uno / se dan uno a dos. La pareja que persigue una imposible unidad hasta que, en ese camino desordenado y enloquecido, alcanzan la extinción crepitante que ofrecen las llamas del fuego. ¿Y la genialidad? ¿Dónde está la genialidad? Si eso deseas, querido lector / oyente, pues te invito a prestarle atención a Pueblo Jardinero. En un crescendo hermoso, esta canción parece dirigida a penetrar el alma del escucha y dominarla por unos breves minutos hasta hacerle recordar el platónico mundo de la ideas. Pueblo Jardinero es el sumun de la peripecia musical de Ráez en este disco, pues, con una sencillez que conmueve y perturba, elabora un discurso lírico que confunde y maravilla como el sueño del estremecedor opio o el retozar blando luego del amor perfecto. Un detalle de la lírica: Pueblo Jardinero / está clara la cosa / la espina es la hermana de la rosa / no es un sacrificio / la tierra es morirse / seré un jardinero de raíces / si muero.

¿Seguirás, pues, estimado lector / oyente, prefiriendo a Gianmarco o Pedro Suárez Vértiz? ¿Continuarás creyendo que el rock se limita a lo indicado por nuestros comunicadores obtusos (de los otros, de los inteligentes, también los hay, pero, lamentablemente, son pocos y están en extinción)? ¿Pensarás que Pedro Suárez Vértiz es nuestro Bob Dylan, como dijo alguna vez Jaime Bayli -ese excelente periodista político, pero pésimo escritor y peor crítico de arte-? Por favor, espero que cambies de opinión y le des una oportunidad a Rafo Ráez, quien, de seguro, no te decepcionará y al que, luego de apreciarlo, no lo considerarás de ninguna manera como nuestro Bob Dylan nacional, sino, orgullosa y definitivamente, como nuestro único e incomparable Rafo Ráez.
Julio Meza Díaz

You Tube y los amigos que suben música: