Grupo: Dolores Delirio (Perú)
-Tus críticas llevan una misma estructura -me señaló una estudiante universitaria-. Presentas al grupo en cuestión. Hablas de su último álbum. Describes algunas de sus canciones. Y, al final, cierras con una frase de aire reflexivo. ¿Por qué insistes en seguir esa línea?
-Bueno, quizás se deba a que la mecanización hace más fácil un trabajo -le respondí, un poco fastidiado por su observación.
-Y dime, ¿sobre qué vas a escribir ahora?
-Tengo varios discos en proceso de escucha. Pero en estos momentos le estoy prestando más atención al de Dolores Delirio: Plástico Divino.
-¿Qué vas a decir sobre ese cd?
-Bueno…
1998. Parque Kennedy. Rodeados por adolescentes que visten camisas afraneladas y botas de leñador, los integrantes de Dolores Delirio atrapan sus guitarras y rompen el silencio con un punteo envolvente. Ha comenzado “No ves el sol”. Ganas el tiempo que suelo perder. También el dinero que nunca tendré. Aunque dicha canción lleva impresa en su sonido la estética de los 80, en estos días ya es un clásico contemporáneo del rock no comercial. Los asistentes se entusiasman y, mientras agitan las cabezas y siguen el ritmo con el pie, alzan las voces hasta convertirlas en un solo grito ronco y sentido. No ves en mi rostro la misma expresión. Aunque eso te cause quizás decepción. Los trajes oscuros de los muchachos de Dolores Delirio contrastan con la luna llena que está particularmente blanca. Y, como si esto les hubiera despertado un espíritu lobezno, algunos entusiastas de entre el público aúllan con frenesí, llegando a un estado de verdadero paroxismo. Mira este sol. Ve la lluvia caer. Y esta flor del desierto en la luna. Observa estos niños bañados en barro. Somos… Somos tú y yo.
-Bueno… de acuerdo con mi punto de vista, señalaré que no es un disco redondo. Contiene piezas regulares. Pero también hay de las buenas. Y de las que son muy buenas.
-¿Cuáles son estas últimas?
-A mí me parece que son Cielo - Infierno, Histeria, (Ultramar) Azul y, sobre todo, Jardín de estatuas. Esta última creo que está trazada con mucho talento. Define el nuevo sonido de Dolores Delirio. Entre lo electrónico y el rock guitarrero. Algo muy lejano a su inicial tendencia ochentera. Pero hay algo más importante que estos detalles.
-¿Y qué cosa es eso?
-Bueno…
2008. Vocé. El público, que está conformado por jóvenes y adolescentes, aguarda a que inicie la siguiente canción. Los muchachos de Dolores Delirio afinan los instrumentos, sueltan un arpegio agudo y arranca una vibración inquietante. Los oídos de los asistentes reconocen la tonada. “¡Histeriaaa!”, grita uno, y todos se mueven al ritmo del golpe de las baquetas, manteniendo un gesto de furia contenida. Vuelo despacio y así soy fatal. Si acelero seré un suicida. Algunos levantan los brazos y los sacuden una y otra vez, mientras dan ligeros saltos sobre su sitio. La atmosfera se torna tensa, pues cada vez hay más gente entonando la lírica. La risa es porque nunca maduré. Mi silencio, tu obsequio porque ya quemé. Pese a los reflectores y los rayos de luz, el ambiente es lúgubre y compacto, y da la sensación de incrementar la fuerza que despiden los parlantes y las gargantas de los asistentes. Los cuerpos reaccionan, y hay empujones y danzas extrañas: se arma un conato de pogo. Ven, anima mis desvelos y complace todos mis deseos. Tan fáciles de odiar. No me das tiempo a protestar. Ya me disfrazaste de maldad.
-¿Y qué es lo importante?
-Que Dolores Delirio, pese a la muerte de uno de sus guitarristas, pese a los cambios entre sus miembros, sigue en pie, haciendo canciones destacables. Que, aunque tienen ciertos márgenes por entre los cuales va su estilo, han sabido evolucionar: Dolores Delirio de los 90 no es el mismo que el del 2000. Y aún enciende pasiones, muchas pasiones.
-En fin. Si es como lo describes, escucharé el disco… Una cosa más: ¿continuarás con la misma estructura en tus críticas?
-Estoy pensando en hacer lo mismo, pero con cierto toque distinto, al igual que la música de Dolores Delirio a lo largo de su carrera.
-Ah mira, qué interesante.
-Sí, pronto lo leerás.
-Tus críticas llevan una misma estructura -me señaló una estudiante universitaria-. Presentas al grupo en cuestión. Hablas de su último álbum. Describes algunas de sus canciones. Y, al final, cierras con una frase de aire reflexivo. ¿Por qué insistes en seguir esa línea?
-Bueno, quizás se deba a que la mecanización hace más fácil un trabajo -le respondí, un poco fastidiado por su observación.
-Y dime, ¿sobre qué vas a escribir ahora?
-Tengo varios discos en proceso de escucha. Pero en estos momentos le estoy prestando más atención al de Dolores Delirio: Plástico Divino.
-¿Qué vas a decir sobre ese cd?
-Bueno…
1998. Parque Kennedy. Rodeados por adolescentes que visten camisas afraneladas y botas de leñador, los integrantes de Dolores Delirio atrapan sus guitarras y rompen el silencio con un punteo envolvente. Ha comenzado “No ves el sol”. Ganas el tiempo que suelo perder. También el dinero que nunca tendré. Aunque dicha canción lleva impresa en su sonido la estética de los 80, en estos días ya es un clásico contemporáneo del rock no comercial. Los asistentes se entusiasman y, mientras agitan las cabezas y siguen el ritmo con el pie, alzan las voces hasta convertirlas en un solo grito ronco y sentido. No ves en mi rostro la misma expresión. Aunque eso te cause quizás decepción. Los trajes oscuros de los muchachos de Dolores Delirio contrastan con la luna llena que está particularmente blanca. Y, como si esto les hubiera despertado un espíritu lobezno, algunos entusiastas de entre el público aúllan con frenesí, llegando a un estado de verdadero paroxismo. Mira este sol. Ve la lluvia caer. Y esta flor del desierto en la luna. Observa estos niños bañados en barro. Somos… Somos tú y yo.
-Bueno… de acuerdo con mi punto de vista, señalaré que no es un disco redondo. Contiene piezas regulares. Pero también hay de las buenas. Y de las que son muy buenas.
-¿Cuáles son estas últimas?
-A mí me parece que son Cielo - Infierno, Histeria, (Ultramar) Azul y, sobre todo, Jardín de estatuas. Esta última creo que está trazada con mucho talento. Define el nuevo sonido de Dolores Delirio. Entre lo electrónico y el rock guitarrero. Algo muy lejano a su inicial tendencia ochentera. Pero hay algo más importante que estos detalles.
-¿Y qué cosa es eso?
-Bueno…
2008. Vocé. El público, que está conformado por jóvenes y adolescentes, aguarda a que inicie la siguiente canción. Los muchachos de Dolores Delirio afinan los instrumentos, sueltan un arpegio agudo y arranca una vibración inquietante. Los oídos de los asistentes reconocen la tonada. “¡Histeriaaa!”, grita uno, y todos se mueven al ritmo del golpe de las baquetas, manteniendo un gesto de furia contenida. Vuelo despacio y así soy fatal. Si acelero seré un suicida. Algunos levantan los brazos y los sacuden una y otra vez, mientras dan ligeros saltos sobre su sitio. La atmosfera se torna tensa, pues cada vez hay más gente entonando la lírica. La risa es porque nunca maduré. Mi silencio, tu obsequio porque ya quemé. Pese a los reflectores y los rayos de luz, el ambiente es lúgubre y compacto, y da la sensación de incrementar la fuerza que despiden los parlantes y las gargantas de los asistentes. Los cuerpos reaccionan, y hay empujones y danzas extrañas: se arma un conato de pogo. Ven, anima mis desvelos y complace todos mis deseos. Tan fáciles de odiar. No me das tiempo a protestar. Ya me disfrazaste de maldad.
-¿Y qué es lo importante?
-Que Dolores Delirio, pese a la muerte de uno de sus guitarristas, pese a los cambios entre sus miembros, sigue en pie, haciendo canciones destacables. Que, aunque tienen ciertos márgenes por entre los cuales va su estilo, han sabido evolucionar: Dolores Delirio de los 90 no es el mismo que el del 2000. Y aún enciende pasiones, muchas pasiones.
-En fin. Si es como lo describes, escucharé el disco… Una cosa más: ¿continuarás con la misma estructura en tus críticas?
-Estoy pensando en hacer lo mismo, pero con cierto toque distinto, al igual que la música de Dolores Delirio a lo largo de su carrera.
-Ah mira, qué interesante.
-Sí, pronto lo leerás.
Julio Meza Díaz
Gracias a You Tube y a los que suban los videos: