
Grupo: Jas (Perú)
Perú. Finales de los 80. En el campo, el terrorismo, encabezado por los asesinos de Sendero Luminoso, estaba en su auge sangriento. En represalia equivocada, nuestro ejército, enceguecido por la enfermedad de la violencia, se manchaba las manos con sangre de gente inocente. En las ciudades, el gobierno de Alan García demostraba que, cuando hay un mal manejo económico y corrupción enquistada en el aparato estatal, toda buena voluntad (así sea verdadera o fingida) termina hundiéndose en las profundidades de un desagüe maloliente. En medio de este panorama, Leusemia, una de las bandas subterráneas más importantes del Perú, demostraba que se puede hacer rock inteligente y desaforado sin recibir mayor apoyo que el que dicta la buena voluntad y los magros recursos. Por su lado, con el apoyo de las radios populares de por medio, Arena Hash, cuarteto comercial y con ligeros trazos de talento, dictaba cátedra sobre la manera de vender un producto musical a las masas necesitadas de distracción y momentos divertidos. Ubicados entre ambas agrupaciones, entre la creatividad musical de los subterráneos y la masificación de los comerciales, nació Jas, el grupo que, liderado aquel entonces por Sergio Cava (hoy, Fiorella Cava), sorprendió a Tirios y Troyanos, y se impuso con la fuerza de su música burbujeante y su líricas lúbricas.
Mueres en tu ley (1988) fue el primer disco de Jas y, a mi entender, el mejor que grabó dicha agrupación. Casi dos décadas después, Fiorella Cava se reunió con algunos de sus ex compañeros de banda, y re editó la mencionada producción, le añadió nuevas piezas, y la tituló, de manera muy certera, Vuelves en tu ley (2005). Yo, que tuve casi en mis manos el Mueres en tu ley (mi hermano mayor poseyó por unas semanas el casete allá por la década del 80), me veo obligado a ceñir mi crítica a lo mostrado en la re edición, pues mis comentarios se limitan a trabajos presentadas en los últimos años. Comencemos, pues, a analizar el disco en cuestión.
Demostrando que no han perdido el talento, Fiorella y compañía abren el álbum con Intensa Soledad, canción compuesta el 2004. Con la melancolía de los Voz Propia (quizás debido a la presencia de uno de sus ex integrantes: Boui), la voz se desespera señalando su trance espiritual. Dice: Intensa soledad / intensa de verdad. A continuación, se escuchan las canciones masterizadas del Mueres en tu ley, de entre las cuales, para los oídos menos acuciosos, destacarán Personalidad, Ya no quiero más Ska y Hubo en el mundo, que fueron hits radiales en la década del 80 y que, pese al transcurrir del tiempo, aún siguen sonando en las radios especializadas en el rock en español. Además de las piezas archiconocidas, con clara influencia de Soda Stereo (¿dígame, querido lector / oyente, en los 80, qué banda no tenía toques del trío argentino de marras?), influencia que, por cierto, se notaba tanto sonora como líricamente, se encuentran en el disco piezas emblemáticas como Nos vamos a divertir, en la cual, en medio de una atmósfera sinuosa, el cantante dice: “la diversión / fundamenta mi existir”. Con aires latinos (se debe señalar el coro agazapado y la trompeta aguda), en De vez en cuando, se repite: “A veces pienso / que hay que hacer el amor / sin mirar a quién”. Más adelante, en Secuestro mental, acompañado de un escenario sonoro relajado y elegante, la voz grita a los cuatro vientos que esta harto de su doble moral. Dice: “Estoy cansado de serte fiel / me tienes atrapado / me tienes anulado”.
Sin ninguna duda, las canciones que he mencionado son, para mi juicio, logros musicales de alto nivel. No obstante, hay en el disco dos joyas que, además de destacar frente al resto, me emocionan hasta el paroxismo: Piloto Adolescente y Me voy de aquí. La primera, con un órgano de trazos infantiles, un bajo lúdico y una voz rebeldona, tiene una lírica de transparente contenido adolescente. Dice la voz: “Sueña a través de las fronteras / es una forma de escapar / es una forma de volar”. Por otro lado, con tono irónico y del bajo lumpen, y con sonidos de sabroso tropicalismo, Me voy de aquí cuenta la única historia que se halla en el disco. Un joven es llevado a la comisaría por no tener documentos, y pasa allí la noche. El final, aunque previsible, no deja de robar una sonrisa al oyente, y pone en claro el talento de Jas para componer líricas ingeniosas.
Y bueno, qué importa si Sergio ahora es Fiorella, qué importa que hayan pasado tantos años. (Qué bueno, sin embargo, que la realidad nacional sea otra). Lo que importa es que, cuando se hace buen arte en cualquiera de sus formas, siempre se deja una huella que, aunque sea chica o grande, no se borra nunca.
Perú. Finales de los 80. En el campo, el terrorismo, encabezado por los asesinos de Sendero Luminoso, estaba en su auge sangriento. En represalia equivocada, nuestro ejército, enceguecido por la enfermedad de la violencia, se manchaba las manos con sangre de gente inocente. En las ciudades, el gobierno de Alan García demostraba que, cuando hay un mal manejo económico y corrupción enquistada en el aparato estatal, toda buena voluntad (así sea verdadera o fingida) termina hundiéndose en las profundidades de un desagüe maloliente. En medio de este panorama, Leusemia, una de las bandas subterráneas más importantes del Perú, demostraba que se puede hacer rock inteligente y desaforado sin recibir mayor apoyo que el que dicta la buena voluntad y los magros recursos. Por su lado, con el apoyo de las radios populares de por medio, Arena Hash, cuarteto comercial y con ligeros trazos de talento, dictaba cátedra sobre la manera de vender un producto musical a las masas necesitadas de distracción y momentos divertidos. Ubicados entre ambas agrupaciones, entre la creatividad musical de los subterráneos y la masificación de los comerciales, nació Jas, el grupo que, liderado aquel entonces por Sergio Cava (hoy, Fiorella Cava), sorprendió a Tirios y Troyanos, y se impuso con la fuerza de su música burbujeante y su líricas lúbricas.
Mueres en tu ley (1988) fue el primer disco de Jas y, a mi entender, el mejor que grabó dicha agrupación. Casi dos décadas después, Fiorella Cava se reunió con algunos de sus ex compañeros de banda, y re editó la mencionada producción, le añadió nuevas piezas, y la tituló, de manera muy certera, Vuelves en tu ley (2005). Yo, que tuve casi en mis manos el Mueres en tu ley (mi hermano mayor poseyó por unas semanas el casete allá por la década del 80), me veo obligado a ceñir mi crítica a lo mostrado en la re edición, pues mis comentarios se limitan a trabajos presentadas en los últimos años. Comencemos, pues, a analizar el disco en cuestión.
Demostrando que no han perdido el talento, Fiorella y compañía abren el álbum con Intensa Soledad, canción compuesta el 2004. Con la melancolía de los Voz Propia (quizás debido a la presencia de uno de sus ex integrantes: Boui), la voz se desespera señalando su trance espiritual. Dice: Intensa soledad / intensa de verdad. A continuación, se escuchan las canciones masterizadas del Mueres en tu ley, de entre las cuales, para los oídos menos acuciosos, destacarán Personalidad, Ya no quiero más Ska y Hubo en el mundo, que fueron hits radiales en la década del 80 y que, pese al transcurrir del tiempo, aún siguen sonando en las radios especializadas en el rock en español. Además de las piezas archiconocidas, con clara influencia de Soda Stereo (¿dígame, querido lector / oyente, en los 80, qué banda no tenía toques del trío argentino de marras?), influencia que, por cierto, se notaba tanto sonora como líricamente, se encuentran en el disco piezas emblemáticas como Nos vamos a divertir, en la cual, en medio de una atmósfera sinuosa, el cantante dice: “la diversión / fundamenta mi existir”. Con aires latinos (se debe señalar el coro agazapado y la trompeta aguda), en De vez en cuando, se repite: “A veces pienso / que hay que hacer el amor / sin mirar a quién”. Más adelante, en Secuestro mental, acompañado de un escenario sonoro relajado y elegante, la voz grita a los cuatro vientos que esta harto de su doble moral. Dice: “Estoy cansado de serte fiel / me tienes atrapado / me tienes anulado”.
Sin ninguna duda, las canciones que he mencionado son, para mi juicio, logros musicales de alto nivel. No obstante, hay en el disco dos joyas que, además de destacar frente al resto, me emocionan hasta el paroxismo: Piloto Adolescente y Me voy de aquí. La primera, con un órgano de trazos infantiles, un bajo lúdico y una voz rebeldona, tiene una lírica de transparente contenido adolescente. Dice la voz: “Sueña a través de las fronteras / es una forma de escapar / es una forma de volar”. Por otro lado, con tono irónico y del bajo lumpen, y con sonidos de sabroso tropicalismo, Me voy de aquí cuenta la única historia que se halla en el disco. Un joven es llevado a la comisaría por no tener documentos, y pasa allí la noche. El final, aunque previsible, no deja de robar una sonrisa al oyente, y pone en claro el talento de Jas para componer líricas ingeniosas.
Y bueno, qué importa si Sergio ahora es Fiorella, qué importa que hayan pasado tantos años. (Qué bueno, sin embargo, que la realidad nacional sea otra). Lo que importa es que, cuando se hace buen arte en cualquiera de sus formas, siempre se deja una huella que, aunque sea chica o grande, no se borra nunca.
Julio Meza Díaz
Algunas canciones gracias al You Tube: